El dolor lumbar
El dolor lumbar es un síntoma que puede traducir distintas afecciones lumbares. Parte del misterio del dolor de espalda deriva del desafío diagnóstico que supone desentrañar su origen dentro de un sistema mecánico y bioquímico con muchos componentes, cualquiera de los cuales puede resentirse. Podrían intervenir las lesiones musculares y ligamentosas, lo mismo que la artritis de articulaciones compuestas y discos intercalares. Podría causarlo la herniación de un disco, esto es, la protusión del material acolchado interno, si irrita una raíz nerviosa adyacente. El pinzamiento de un nervio puede, a su vez, deberse a una estenosis o estrechamiento del canal espinal; la estenosis suele ir asociada al envejecimiento y desgaste de discos, articulaciones planas y ligamentos del canal espinal.
El dolor lumbar podrían explicarlo las alteraciones congénitas espinales. Las estructuras resultantes no suelen dar síntomas, pero pueden acarrear problemas en función del grado de severidad. De su existencia podríamos culpar, también, a las enfermedades del riñón, del páncreas, aorta y órganos genitales. Por último, el dolor lumbar podría denunciar la presencia subyacente de cáncer, infecciones óseas o formas raras de artritis, entre otras graves patologías. Por suerte, este tipo de causas son rarísimas: el 98 por ciento de los pacientes con problemas lumbares deben sus molestias a la lesión, habitualmente transitoria, de los músculos, los ligamentos, los huesos o los discos.
A la complejidad anatómica de la región lumbar se añade una de otra índole que dificulta el diagnóstico: la incierta relación entre los síntomas, las técnicas de formación de imágenes y las alteraciones anatómicas y fisiológicas. Por eso, la evaluación diagnóstica se propone, de entrada, descartar causas extremas de dolor (cáncer o infecciones), que pueden identificarse con mayor claridad, y determinar si el paciente tiene un nervio pinzado o irritado. Ello significa que hay un 85 por ciento de los pacientes sin diagnóstico definitivo. La mayoría no recuerda ningún accidente específico que desencadenara las molestias, ni se produjeron tras un esfuerzo de levantamiento de carga o un traumatismo, factores de riesgo ambos. Lisa y llanamente, el dolor lumbar aparece. La comunidad médica, como si se hiciera eco de esa vaguedad, tampoco ha logrado acotar el origen de muchos episodios.
RICHARD A. DEYO “El dolor lumbar”, Investigación y Ciencia (octubre de 1998)
Propuesta de solución para el modelo de examen de selectividad:
El texto al que nos enfrentamos pertenece al tipo denominado “científico-técnico”. La función del lenguaje asociada a este tipo de texto es la referencial: efectivamente, el autor nos transmite una información sobre determinados hechos de la realidad y lo hace buscando ser objetivo, preciso y claro. Ello justifica la presencia de determinados rasgos lingüísticos adecuados a sus fines.
En primer lugar, buscando precisamente la objetividad, podemos señalar la presencia exclusiva de la modalidad oracional enunciativa, la abundancia de construcciones impersonales (“se añade”, “hay un 85%”...), las frecuentes nominalizaciones (“El pinzamiento de un nervio puede...”,) que buscan hacer desaparecer toda huella, todo rastro del emisor. También contribuye a esto el uso mayoritario de la 3ª persona (“el misterio deriva..”, “la estenosis suele ir asociada...”, “La comunidad médica no ha logrado acotar...”). Las primeras personas verbales o pronominales del texto no contradicen esto, ya que son plurales de tipo sociativo (“podríamos culpar...”), que incluyen a toda la comunidad médica, no solo al autor.
En relación con la precisión, hay que hacer notar los muchos tecnicismos, palabras que poseen un significado unívoco y asociado nítidamente a una disciplina científica o técnica: “estenosis”, “páncreas”, “artritis”. También el uso de magnitudes numéricas (98%, 85%...) contribuye a esa precisión informativa.
Como todo texto expositivo donde la función referencial es la dominante, este se caracteriza por su necesaria claridad. En este sentido hay que señalar en primer lugar la correcta organización de la información, la estructura: comienza con una definición que nos sitúa en el marco del problema, profundiza luego en las causas del dolor, advierte de las dificultades de encontrar causas precisas y concluye con un estado actual de la cuestión. Por otro lado, el texto recurre frecuentemente a distintas construcciones explicativas (“estenosis o estrechamiento…”, “la herniación de un disco, esto es, la profusión del material…”).
En definitiva, podemos afirmar que se trata de un texto del tipo científico-técnico tanto por el tema, por la función del lenguaje dominante como por los rasgos lingüísticos que lo caracterizan.
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